Cada vez que se acepta más la idea de que una de las principales funciones de la educación debe ser ayudar a los estudiantes a desarrollar sus habilidades de pensamiento (Marcel, 2016). Hoy vivimos en un mundo donde las últimas noticias y temas controvertidos del día están a solo unos clics de distancia. De este modo, la capacidad de consumir críticamente esa información, contextualizarla y luego usarla como ciudadano, es una necesidad ineludible, pues, las habilidades de pensamiento crítico son un eje fundamental en el desarrollo de esas capacidades.