Desde la mirada de la pedagogía suvidagógica se promueve que la estructura educativa ambiental y ecológica del hombre y la mujer, históricamente han sido sometidas a procesos simplistas de reconocimiento de deberes que ha conducido a construir un tipo de cultura depredativa, donde la educación ambiental ha quedado como discurso para ambientalistas, sin que esto haya gestado cambios de conducta que se perfilen en las diferentes proyecciones sociales del sujeto, coartando de ésta forma, las imágenes constructas, investigativas y de pensamiento crítico.