Publicación: El complejo cenagoso del Bajo Sinú, en el Caribe Colombiano
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Resumen en español
El recurso hídrico califica como vital por la importancia multifacética que tiene para el ser humano. El enfoque de su estudio, el espacial, entre varios más en el ámbito científico, va de la mano primariamente de la geografía física. Es esta una rama de la geografía sistemática que estudia la superficie de la tierra en perspectiva sistémica, considerándosela como el estudio del espacio geográfico natural, donde se configuran los procesos vitales, incluido el humano, con todas las interacciones que como resultado de milenios de mutua actividad relacional dan a la superficie las variables fisonomías que la caracterizan. Entender y explicar esa configuración espacial es el objeto de la indagación geográfica; pero en geografía no se trata solo de mirar los hechos y los procesos actuando a través del tiempo, como lo prefieren las ciencias naturales sistemáticas, sino de involucrar en la explicación un factor de importancia cada vez más determinante, el antrópico. En la medida en que el Antropoceno se con- figura cada vez más como período geológico bien caracterizado, podría ser insostenible una denominación “natural” para los diferentes componentes de la geografía física. Igualmente, aplicar perspectivas puramente naturalistas al estudiar fenómenos como los desiertos, las selvas pluviales, o los humedales, estaríamos poco menos que seguir pensando en mundos prístinos que ya son solo historia geológica.
Resumen en inglés
The water resource qualifies as vital because of its multifaceted importance for human beings. The approach to its study, the spatial one, among many others in the scientific field, goes hand in hand primarily with physical geography. This is a branch of systematic geography that studies the surface of the earth in a systemic perspective, considering it as the study of the natural geographic space, where vital processes are configured, including the human one, with all the interactions that because of millennia of mutual relational activity give the surface the variable physiognomies that characterize it. Understanding and explaining this spatial configuration is the object of geographic inquiry; but in geography it is not only a matter of looking at the facts and processes acting through time, as the systematic natural sciences prefer, but of involving in the explanation a factor of increasingly determining importance, the anthropic. As the Anthropocene increasingly takes shape as a well-characterized geological period, a "natural" denomination for the different components of physical geography may be untenable. Likewise, to apply purely naturalistic perspectives when studying phenomena such as deserts, rainforests, or wetlands, would be little short of continuing to think of pristine worlds that are already only geological history.