La diabetes mellitus tipo 2, “constituye un problema de salud pública a nivel mundial y se caracteriza por su alta tasa de morbimortalidad, altos costos y complicaciones crónicas”1, su estudio se hace relevante en la actualidad, tanto por la prevalencia de la misma en la población general, como por la predisposición al desarrollo de complicaciones graves en las personas que la padecen, basado en lo expuesto por Angelo y Nam2, al inicio del siglo XXI, se establece una prevalencia de 2,1% de la población mundial, es decir, unos 125 millones de personas, de las que 4% correspondían a DM. Tipo 1 y 96% a DM Tipo 2. La diabetes mellitus es un trastorno metabólico que influye considerablemente en la calidad de vida de las personas que la padecen, “porque los tratamientos son incómodos y sus complicaciones pueden causar debilidad y disminución de las capacidades del individuo”3, afectando así su dimensión humana. Según lo planteado por Olivares4, existen diferentes factores psicosociales que influyen en la aparición de complicaciones como: la falta de dinero, o la falta de una cobertura social en salud.