El bienestar económico de los individuos y de las comunidades depende del acceso a bienes y servicios que les permitan, por una parte, satisfacer sus necesidades materiales y, por otro lado, disfrutar de una buena calidad de vida. En efecto, la teoría económica del bienestar, propuesta por la escuela neoclásica, se fundamenta en el propósito que tienen los diferentes agentes económicos de optimizar sus funciones objetivo; que para el caso de los consumidores [individuos, familias u hogares] se remite al deseo de maximizar su función de utilidad [o elección óptima] proveniente de las cantidades de bienes y servicios que consume, sujeto a su restricción presupuestal, es decir a sus ingresos o rentas monetarias.